Los celiacos y el gluten

La ENFERMEDAD CELIACA no es una alergia, tampoco es una intolerancia ni un virus. Es una enfermedad autoinmune, esto significa que el sistema inmunitario, encargado de defendernos de agresiones externas, se daña a sí mismo atacando por error a las células sanas, impidiendo la absorción de los nutrientes de los alimentos que comemos. Además, el sistema inmunitario se desestabiliza pudiendo desarrollar otras enfermedades.

No podemos generalizar, todas las personas no padecen de los mismos síntomas ni tienen las mismas reacciones a la ingesta del gluten, hay personas que desarrollan dolores abdominales, diversas alergias, vómitos, irritación en la piel, otras personas solo tienen dolores de cabeza o, a veces, no tienen síntomas perceptibles.

Ahora bien, existe una patología de reciente descubrimiento (en la década de los 80) SENSIBILIDAD AL GLUTEN NO CELIACA que sufren personas a quienes se les ha descartado padecer la enfermedad celiaca, y su salud mejora notablemente al eliminar el gluten y definitivamente empeora cuando vuelve a consumirlo.

Si el gluten no te va bien, seguramente todo el tiempo que has estado tomándolo te habrá provocado inflamación y daños en tu aparato digestivo.

El desconocimiento hace que comamos productos sin gluten muy artificiales y llenos de azucares que empeoran aún más tu organismo.

Las malas digestiones provocadas por esta sensibilidad al gluten pueden llegar a ser un detonante importante para otros malestares como el cansancio, la irritabilidad y muchas veces llegar a una depresión por estar insatisfechos posterior a la comida.

Simplemente, lo que se debe hacer es realizar una analítica de las intolerancias por un experto y verificar las sensibilidades al gluten para modificar los hábitos alimenticios y así elegir bien al momento de alimentarse.